Oralidad, lectura y escritura en la lupa
Con el inicio del ciclo lectivo 2022 próximo a la normalidad, habiendo transcurrido dos años de constante incertidumbre, cambios bruscos y constantes en los modos de llevar adelante el proceso pedagógico de niños, niñas y adolescentes, las políticas educativas ponen su foco en las grandes debilidades detectadas en lo que respecta a capacidades/competencias elementales que deben ser enseñadas y aprendidas dentro del sistema educativo, y que a partir de los resultados arrojados por un conjunto de datos estadísticos a nivel nacional (Argentina) en comparación con lo que sucede en mí provincia (Córdoba) invitan a redoblar los esfuerzos, revisar los modos y focalizar la tarea docente, para alcanzar mejores resultados en aspectos fundamentales de la formación de los estudiantes.
Los datos que preocupan
Entre los aspectos detectados, la oralidad, lectura y escritura se encuentra en terapia intensiva. Es que los datos son poco alentadores, viendo que en la provincia de Córdoba el 12,5% de los estudiantes de nivel secundario se encuentran en un nivel “por debajo del básico” y el 16,6% en un nivel “básico” debiéndose actuar con premura y celeridad para evitar que el paso del tiempo agrave la situación.
Por ello es que se piensa hoy por hoy, en los modos en los cuales se puedan hacer aportes a esta gran problemática más allá del espacio curricular Lengua y literatura.
Está entendido que en tanto más se intervenga en la cuestión mediante propuestas significativas, mayor será el impacto en los aprendizajes genuinos de los estudiantes.
La Educación Física no puede mirar al costado
¿Sentarnos a escribir en la clase de Educación Física? ¿Después de dos años de encierro y exceso de sedentarismo?
Parece que la percepción con la que se mira la problemática desde el patio y con la pelota bajo el brazo, es poco solidaria ante la demanda de las autoridades educativas de aportar a la causa.
Es que la clase de Educación Física necesita volver a poner esos cuerpos en movimiento y aprovechar cada instante de presencialidad para contrarrestar los efectos de una pandemia que marcó notoriamente la importancia de una salud integral plena, pero que a su vez obligó a millones a reducir su actividad física.
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¿Y si equilibramos la balanza?
No sería una locura pensar en pequeños momentos de aporte a la oralidad, lectura y escritura si perder de vista la centralidad y el sentido de la clase de Educación Física: Las prácticas corporales, entre ellas las tan añoradas prácticas deportivas.
Para iniciar este camino será importante pensar en otros modos de llevar adelante la clase de Educación Física, cómo prácticas pedagógicas más emancipadoras, que se desprendan de modelos de enseñanza tradicional. Habilitar espacios de construcción colectiva del conocimiento, de producción (intelectual y motriz) autónoma o semi-dirigida puede aportar con mayor facilidad al cometido: Escribir, leer y expresarse oralmente.
Cambiando el enfoque de la clase de deporte escolar
Se trata de dejar de lado la enseñanza repetitiva de técnicas, para pasar a habilitar espacios de discusión dónde estudiantes expresen el modo en el cual entienden el deporte como práctica con otros, momentos de reflexión y escritura sobre nuevas prácticas deportivas a desarrollar en el patio, y porqué no, dejar que los mismos estudiantes construyan y dirijan nuevos deportes diseñados por ellos mismos.
Escribir los parámetros configuradores de un nuevo deporte, aprenderlos mediante su lectura, y enseñárselo a sus compañeros en el patio, sin lugar a dudas aportará a la problemática que se pretende atender.
¿Un ejemplo?
Aquí les comparto una propuesta que me encuentro implementando con estudiantes de 5to año.
¿Tienes alguna propuesta diferente? Compartila!
Construyamos juntos nuevas posibilidades de llevar adelante la clase de Educación Física, pensando un poco más en sujetos de la educación integrales y complejos.
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